Muchos tipos de materiales son exotérmicos sin exposición a estímulos externos. Su temperatura interna se puede incrementar hasta el punto de que arden de forma espontánea. El incendio generado y el intenso calor pueden hacer que los materiales cercanos entren en combustión. En definitiva, toda una zona de almacenamiento o un almacén puede quedar destruido.
Aunque los almacenes y las zonas de almacenamiento están equipados con alarmas contra incendios y sistemas de extinción de incendios, estos sistemas solo comienzan a funcionar cuando ya se ha generado el incendio. La termografía puede ayudar a detectar puntos calientes antes de que se produzca un incendio, para que pueda tomar las medidas oportunas al respecto.
Las cámaras termográficas pueden ayudar a identificar muchos problemas antes de que pueda producirse una situación peligrosa y costosa.